“Antes de enseñar a crear recetas, pido a mis alumnos que las dibujen. Emplatar es básico”
Con apenas 32 años, Nuria Bonillo ha sido cocinera antes que profesora de cocina. Su pasión por los fogones la ha ido macerando a base de estudios (módulo superior de Restauración) y experiencia. El Hotel Las Arenas, La Lluerna o El Poblet, son sólo algunas estaciones de su viaje culinario. Trabajar junto a cocineros con estrella Michelin (Quique Dacosta tiene triplete) ayuda a echar “disciplina, organización y orden” al caldero del ejercicio profesional. Cursó estudios de Pedagogía para aunar en un guiso sus dos pasiones: cocinar y educar. En ambos casos con un espíritu muy emocional. En la Escuela de Cocina y Turismo (ECOTUR) imparte clases diferentes, dinámicas, con muchas excursiones y visitas a la hostelería. Nuria se considera una profesora “diferente” y “atípica”. Lo es.